A veces los libros se apropian de las vidas de las personas. Invaden sus casas, se reproducen dentro de ellas, no se quedan quietos en las bibliotecas y asaltan, literalmente, habitaciones, pisos, gavetas, mesas y rincones. Los libros se hacen imprescindibles. Un domingo Luis y yo mirábamos cómo a nuestro alrededor se amontonaban con sus páginas, algunos en rumas, otros rompiendo filas, varios estorbando el paso como soldados atrincherados; todos con una presencia latente, casi siniestra. Mientras observábamos cómo ellos iban ocupando buena parte de nuestros espacios, tomando nuestra casa, haciéndola suya, decidimos abrir un blog para hablar de libros. Tal vez, sin saberlo, establecíamos de este modo una tregua entre ellos y nosotros para que nos permitieran seguir habitando, al menos, un rincón de la casa. Hoy hace un año.
Carolina Lozada
Ilustración: Alicia Martín
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